51,85%. Ese es el estremecedor porcentaje de penales fallidos en la presente Eurocopa Femenina, un dato que deja a más de uno boquiabierto y a los puristas del fútbol con la ceja en alto. Si el legendario Alfredo Di Stéfano viviera hoy, posiblemente se llevaría las manos a la cabeza al presenciar esta catastrófica racha de errores desde el punto penal.

Los penaltis, esos instantes de tensión donde el destino se decide en segundos, han sido protagonistas de una manera inesperada en esta Eurocopa. En partidos que deberían definirse con la maestría del toque sutil, reina el desacierto. Pero, ¿cuál es la causa detrás de tantos fallos?

El Fantasma de la Presión: Historia de un Torneo de Nervios Acero

Desde el inicio del torneo, los equipos han experimentado una presión sin precedentes. En un encuentro electrizante entre Francia y Alemania, Nüsken perdía una oportunidad dorada para poner a su equipo en ventaja. En otra épica batalla, Inglaterra y Suecia nos dieron una de las tandas más erráticas de la historia, con solo cinco penales convertidos de catorce intentos.

Esta narrativa de errores continuó con España, donde estrellas como Mariona Caldentey y Alexia Putellas no lograron convertir sus penas máximas. Mariona falló temprano en el partido, mientras Alexia, heroína de muchos encuentros, no pudo superar a la guardameta suiza, Livia Peng.

Ensayo y Error: La Preparación de España en el Ojo del Huracán

La entrenadora Montse Tomé asumió parte de la responsabilidad tras los fallos, revelando que el equipo había practicado intensamente los penaltis. Sin embargo, como bien dijo Vicky Losada tras la victoria sobre Suiza, "solo los falla quien los tira". La confianza en las tiradoras sigue intacta, respaldada por un historial de éxito que supera el 90% de efectividad en sus carreras.

En este contexto, es importante destacar que el entrenamiento no siempre puede replicar la presión de un partido oficial, donde el pulso y las emociones juegan un papel crucial.

Lecciones del Pasado: Reflexiones de Torneos Anteriores

Comparando con la Eurocopa masculina de 2016, donde el porcentaje de aciertos fue de un 63,6%, la diferencia es notable. Este fenómeno no solo desafía a los jugadores, sino también a los entrenadores, quienes deben decidir en milésimas de segundo quién tiene la confianza para ejecutar un penalti en momentos críticos.

Sarina Wiegman, seleccionadora de Inglaterra, y Peter Gerhardsson, de Suecia, han enfrentado duras críticas por sus decisiones en la elección de lanzadoras, demostrando que incluso los más experimentados son vulnerables a las sorpresas del deporte rey.

Reflexiones Finales: ¿Hacia Dónde Vamos?

La Eurocopa Femenina actual ha sido una montaña rusa de emociones y enseñanzas. Si algo nos ha enseñado este torneo es que en el fútbol moderno, la presión es una bestia que todos deben enfrentar. Los fallos desde el punto penal son un recordatorio de la fragilidad humana, incluso en los momentos que requieren la máxima precisión.

Sin embargo, este no es el fin del camino. Cada error es una oportunidad de aprendizaje, y las estrellas del torneo ya han demostrado su capacidad de resiliencia. Mientras celebramos los aciertos y lamentamos las fallas, nos preparamos para lo que viene con la expectativa de que el próximo gol, desde los once metros, nos devuelva la fe en la precisión.