¡Revolución en el Diagnóstico de la Obesidad! ¿Estás en la Nueva Categoría?
Descubre cómo el nuevo enfoque de la EASO cambia la forma en que entendemos la obesidad y lo que esto significa para millones de personas.
Un Cambio en la Perspectiva de la Obesidad
Imagina que una sola actualización en un marco médico podría cambiar tu diagnóstico. Eso es exactamente lo que está ocurriendo con el nuevo marco de clasificación de la obesidad propuesto por la Asociación Europea para el Estudio de la Obesidad (EASO). Según este nuevo enfoque, una de cada cinco personas que antes se consideraban con sobrepeso ahora será diagnosticada con obesidad. Pero, ¿qué significa realmente este cambio?
Andrea Ciudin, una voz líder en el estudio de la obesidad, sostiene que esta nueva definición refleja más precisamente la biología de la obesidad. No se trata solo de un número en la báscula, sino de cómo el exceso o la disfunción del tejido graso afecta negativamente la salud.
El Índice de Masa Corporal: ¿Un Concepto Obsoleto?
Por mucho tiempo, el Índice de Masa Corporal (IMC) ha sido la herramienta de referencia para diagnosticar la obesidad. Sin embargo, este índice, creado hace más de un siglo por un matemático belga, no refleja completamente la complejidad del cuerpo humano. Es simplemente una relación entre el peso y la altura que, sorprendentemente, fue validada solo en soldados varones de Francia y Escocia. ¿Es este el mejor parámetro para medir la salud de la población actual?
"El IMC es un parámetro de tamaño corporal, pero no refleja directamente la composición corporal", afirma Ciudin.
La grasa visceral, por ejemplo, es metabólicamente activa y puede ser más perjudicial que la grasa subcutánea, aumentando el riesgo de enfermedades como la diabetes y problemas cardíacos.
La Importancia de la Distribución y Funcionalidad de la Grasa
La obesidad no se trata solo de cuánto tejido adiposo tienes, sino de dónde está y cómo funciona. Se puede tener un IMC 'normal' y aún así estar en riesgo debido a una distribución desfavorable de grasa, especialmente si esta se concentra en el abdomen. Un perímetro de cintura superior a la mitad de tu estatura podría ser un indicador de obesidad según el nuevo enfoque.
En un estudio reciente en Estados Unidos, el 18.8% de los adultos fueron reclasificados de sobrepeso a obesidad bajo estas nuevas directrices, lo que pone de manifiesto la relevancia de este cambio en la práctica clínica.
Dos Caras de la Obesidad: Más Allá del Peso
La obesidad puede dividirse en dos categorías principales: el exceso de masa grasa y la grasa enferma. En el primer caso, el aumento de volumen corporal por exceso de tejido adiposo puede llevar a complicaciones mecánicas como la artrosis o la apnea del sueño. En el segundo, la presencia de grasa visceral disfuncional se asocia con un mayor riesgo de enfermedades metabólicas, como el hígado graso o incluso el cáncer.
Este enfoque dual permite una identificación más precisa de las personas en riesgo, facilitando un tratamiento más específico y temprano.
Una Nueva Era en el Diagnóstico y Tratamiento
El nuevo marco de la EASO no busca sobrediagnosticar, sino alinear más fielmente el diagnóstico con la biología real de la enfermedad. Aunque esta nueva definición aumenta el número de personas clasificadas con obesidad, refleja una verdad que ya existía: esas personas ya enfrentaban riesgos asociados.
Este cambio no solo es una hoja de ruta hacia una mejor salud pública, sino que también ofrece la oportunidad de personalizar tratamientos y abordar la obesidad desde un enfoque más completo.